CASA ESCULTURA JOAQUIN TORRES CON UNA FACHADA ORIGINAL
Una casa barco o casa en forma de buque es la hermosa vivienda con una original fachada del arquitecto Joaquín Torres quien firmó un proyecto en la urbanización Los Lagos, dentro del complejo de la Finca de Somosaguas de Pozuelo de Alarcón (Madrid - España), que se ha convertido en el buque insignia del estudio que lidera: A-cero. La fachada tiene como entrada principal, una puerta toledana del siglo XVIII, procedente de una casa palaciega, a la que rodea un cristal que le aporta ligereza y resta solemnidad.
Se trata de LA CASA ESCULTURA del arquitecto Joaquín Torres, director del estudio A-cero, quien ha concebido su vivienda en Madrid como unaobra de arte. Puedes ver los planos y fotos de la casa por dentro en:Dormitorios, Planos, Salas y comedores, Jardines, etc.
Sinuosos volúmenes de hormigón se superponen en varias alturas para formar una construcción en la que el agua juega un papel clave. La vista desde la calle, cerca de la puerta de entrada, ofrece una imagen casi futurista de los volúmenes curvos de hormigón que coronan la vivienda, edificada en pendiente debido a la inclinada orografía del terreno. Estos elementos se elevan como imponentes esculturas que parecen flotar sobre la cubierta de la casa, en primer plano, rematada por una lámina de agua que actúa como un espejo y realza las líneas de la construcción.
La casa es una construcción que impacta por su fuerza visual y su planteamiento conceptual: tres niveles que descienden por el terreno en pendiente y toman cuerpo en volúmenes de contundentes formas. La planta baja o sótano actúa como base, una gran peana sobre la que se elevan las restantes alturas como si fueran esculturas. Los materiales y colores resaltan este juego arquitectónico: mientras que la base está revestida con porcelánico cerámico blanco, los elementos superiores se han realizado en un hormigón teñido de gris oscuro que acentúa el contraste. El encofrado, además, se ha llevado a cabo de forma artesanal creando surcos que enriquecen la textura de este sobrio material. Joaquín Torres utilizó asimismo los volúmenes superiores para dar verticalidad a la casa, ya que estos sobresalen desde la acera de entrada por encima de la cubierta, que queda a ras de suelo. Y aquí entra en juego otra de las claves de la construcción: el agua. El arquitecto cubrió el tejado con este elemento, lo que convierte la zona en un bello estanque y funciona como aislante acústico y térmico. A partir de aquí, la presencia del agua se hace constante: en la piscina, en caminos, en estanques laterales... «El terreno está rodeado por lagos y deseaba que la casa fuera una prolongación natural de ellos», comenta. El paisaje funciona entonces como un elemento arquitectónico más al que se rinde la construcción, con el cristal como aliado en forma de grandes puertas y cristaleras de vidrio que conectan los espacios con el exterior.
Se trata de LA CASA ESCULTURA del arquitecto Joaquín Torres, director del estudio A-cero, quien ha concebido su vivienda en Madrid como unaobra de arte. Puedes ver los planos y fotos de la casa por dentro en:Dormitorios, Planos, Salas y comedores, Jardines, etc.
Sinuosos volúmenes de hormigón se superponen en varias alturas para formar una construcción en la que el agua juega un papel clave. La vista desde la calle, cerca de la puerta de entrada, ofrece una imagen casi futurista de los volúmenes curvos de hormigón que coronan la vivienda, edificada en pendiente debido a la inclinada orografía del terreno. Estos elementos se elevan como imponentes esculturas que parecen flotar sobre la cubierta de la casa, en primer plano, rematada por una lámina de agua que actúa como un espejo y realza las líneas de la construcción.
La casa es una construcción que impacta por su fuerza visual y su planteamiento conceptual: tres niveles que descienden por el terreno en pendiente y toman cuerpo en volúmenes de contundentes formas. La planta baja o sótano actúa como base, una gran peana sobre la que se elevan las restantes alturas como si fueran esculturas. Los materiales y colores resaltan este juego arquitectónico: mientras que la base está revestida con porcelánico cerámico blanco, los elementos superiores se han realizado en un hormigón teñido de gris oscuro que acentúa el contraste. El encofrado, además, se ha llevado a cabo de forma artesanal creando surcos que enriquecen la textura de este sobrio material. Joaquín Torres utilizó asimismo los volúmenes superiores para dar verticalidad a la casa, ya que estos sobresalen desde la acera de entrada por encima de la cubierta, que queda a ras de suelo. Y aquí entra en juego otra de las claves de la construcción: el agua. El arquitecto cubrió el tejado con este elemento, lo que convierte la zona en un bello estanque y funciona como aislante acústico y térmico. A partir de aquí, la presencia del agua se hace constante: en la piscina, en caminos, en estanques laterales... «El terreno está rodeado por lagos y deseaba que la casa fuera una prolongación natural de ellos», comenta. El paisaje funciona entonces como un elemento arquitectónico más al que se rinde la construcción, con el cristal como aliado en forma de grandes puertas y cristaleras de vidrio que conectan los espacios con el exterior.
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